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En el ámbito de la exposición dedicado a la técnica y los recursos fotográficos, hay una enigmática fotografía que genera dudas en el espectador: ¿es arquitectura o es naturaleza? Parece una escalera de caracol, de piedra... pero al mismo tiempo recuerda mucho la concha de un molusco marino. Es lo que se conoce como una “metamorfosis visual”, cuando un elemento toma la apariencia de otro por similitud. ¡Y en el caso de Gaudí, esta dualidad arquitectura-naturaleza, no podía ser más exacta!

Francesc Català Roca tomó esta instantánea hacia 1950, en el interior de una de las torres de la Sagrada Familia..., de la fachada antigua de la Natividad, claro, puesto que eran las únicas existentes en aquella época.

La técnica que utilizó fue la del “contrapicado”, es decir, un plano fotográfico obtenido por la posición de la cámara en un punto bajo y con el objetivo orientado hacia arriba. Así, la escalera de la Sagrada Familia se ha fotografiado desde la base y mirando hacia el techo, generando con ello una curiosa geometría de luces y sombras, que parece querer buscar la claridad diáfana en el punto más elevado, en el centro de la imagen.

Es precisamente en este punto, en el centro de la lámina táctil, donde encontrará el inicio de la línea en relieve que gira sobre si misma y se expande progresivamente en forma de espiral. Es la pared de la escalera de piedra que asciende en rotación continua. Las líneas transversales, de relieve más fino, señalan los peldaños triangulares que se encaraman por la escalera, más anchos por el lado exterior y más estrechos cuando se unen al eje central.

Català Roca realizó un reportaje sobre las formas constructivas del templo expiatorio, que sirvió para ilustrar el libro “La Sagrada Familia”, del arquitecto César Martinell, uno de los principales discípulos y estudiosos de Gaudí.

Fotografía representativa: ¿Cómo?